O Se ha desvelado el contenido de unas cartas escritas por el principal sospechoso del caso Madeleine McCann, en las que afirma su inocencia e intenta afirmar que no tuvo nada que ver con la desaparición.
Christian Brueckner cumple una pena de prisión por la violación de una mujer estadounidense de 72 años en el Algarve (Portugal) en 2005 y ha escrito una serie de cartas desde prisión, de las que ha informado MailOnline.
«No puedes imaginar cómo es cuando todo el mundo cree que eres un asesino de niños, pero no lo eres», dice Christian en la carta.
“Me dijeron hace mucho tiempo que la fiscalía iba a cerrar el caso de Maddie porque no hay la menor prueba. Nunca habrá un juicio”, se puede leer.
El sospechoso alega además que la policía y los fiscales están haciendo todo lo posible para que parezca culpable. «Tienen muchas pruebas que confirman mi inocencia. Pero están tratando de crear un monstruo para divertir y hacer que la gente piense que soy el sospechoso correcto».
Christian también habla de una batalla psicológica con la policía alemana. «La tortura por la que estoy pasando es la mejor evidencia [de inocência]. Estoy bastante seguro de que cualquier otra persona en mi situación, con toda la presión, los insultos y el trato, habría confesado el crimen hace mucho tiempo. Pero no yo. Soy duro», dice.
La carta tiene cuatro páginas de texto y termina con un dibujo hecho por Christian, donde se pueden ver los pétalos de una flor siendo arrancada. «Culpable. No culpable», dice el dibujo.
Una de las cartas de Brueckner fue enviada días antes de que la policía realizara registros en la presa de Arade, a unos 56 kilómetros del lugar donde desapareció Maddie.
Madeleine McCann desapareció el 3 de mayo de 2007, poco antes de cumplir cuatro años, cuando estaba de vacaciones con sus padres y hermanos en Praia da Luz.
Christian Brueckner, de 45 años, cumple condena en Kiel (Alemania) por otro delito. También fue acusado en octubre del año pasado por la justicia alemana de tres delitos de violación y dos de abuso sexual de menores en territorio portugués, presuntamente cometidos entre 2000 y 2017.
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