sÃOO PAULO, SP (FOLHAPRESS) – El gobierno del primer ministro holandés, Mark Rutte, se derrumbó este viernes (7), tras no lograr un acuerdo sobre medidas para contener la inmigración, informó la prensa local. Sin consenso interno, el primer ministro presentó su renuncia.
«El gobierno no ha podido llegar a un acuerdo sobre las medidas a tomar para limitar el flujo de solicitantes de asilo», informó la radio pública holandesa y la televisión NOS. «Por lo tanto, es el final del gobierno de Rutte».
Rutte aún trató de llegar a un consenso en una reunión este viernes. Sin embargo, los cuatro partidos que formaban la coalición de gobierno -VVD, D66, CDA y CU- dieron por terminada la alianza.
Las tensiones alcanzaron su punto máximo esta semana. Miembro del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD, centro-derecha), el primer ministro quería que los otros tres partidos de la coalición establecieran un sistema de cuotas para limitar el número de niños de zonas de conflicto elegibles para asilo en los Países Bajos.
Su propuesta era restringir a 200 por mes el número de reuniones de niños con familiares refugiados ya establecidos en Holanda. La idea hizo que la Unión Cristiana decidiera salir de la base de gobierno, desencadenando una crisis. Rutte amenazó con disolver el gabinete si sus aliados no lo aprobaban, lo que terminó sucediendo.
El primer ministro finaliza así su cuarto mandato desde octubre de 2010. El último periodo comenzó en enero de 2022, con una coalición que tardó nueve meses en formarse tras las elecciones de marzo de 2021.
Holanda tiene una de las políticas de inmigración más duras de Europa. Bajo la presión de los partidos de derecha, Rutte había estado tratando durante meses de buscar formas de reducir aún más el flujo de solicitantes de asilo.
Las solicitudes de asilo en los Países Bajos aumentaron el año pasado a más de 46.000, y el gobierno proyecta que podrían aumentar a más de 70.000 este año. El año pasado, cientos de refugiados se vieron obligados a dormir en las calles con poco o ningún acceso a agua potable, baños o atención médica.
Rutte incluso dijo que se sentía «avergonzado» por los problemas del país. La declaración se produjo después de que Médicos Sin Fronteras enviara un equipo a los Países Bajos por primera vez para ayudar con las necesidades médicas de los inmigrantes en el centro de procesamiento de asilo.
Prometió mejorar las condiciones en las instalaciones, en particular reduciendo el número de refugiados que llegan a los Países Bajos. Pero no logró obtener el apoyo de los socios de la coalición que sintieron que sus políticas fueron demasiado lejos.