GRAMOIULIANA MIRANDA (FOLHAPRESS) – El gobierno portugués se prepara para aprobar un amplio paquete de medidas que restringe la venta de cigarrillos y prohíbe fumar en la mayoría de los ambientes. El objetivo declarado del nuevo programa es crear «una generación libre de tabaco para 2040». Alrededor del 16,8% de los portugueses fuman, mientras que en Brasil este porcentaje es del 9,1%.
Las primeras medidas entran en vigor el 23 de octubre, prohibiendo fumar al aire libre «dentro del perímetro» de lugares de acceso público o uso colectivo, como, por ejemplo, estaciones de tren y metro, hospitales, establecimientos educativos y paradas de autobús.
Tampoco se permitirá fumar en balcones, terrazas y patios exteriores cubiertos, aunque sea parcialmente, en cafeterías, bares y restaurantes, así como en la zona frente a la entrada de estos establecimientos.
Las áreas para fumadores, todavía comunes en bares, restaurantes, centros comerciales y discotecas en Portugal, prácticamente dejarán de existir. Inicialmente, se prohibirá la creación de nuevas áreas de este tipo. Las que ya están en funcionamiento podrán operar hasta 2030, luego de lo cual se extinguirán.
Los únicos lugares permitidos para las zonas de fumadores, siempre que estén debidamente aisladas, serán los aeropuertos, las estaciones de tren, las estaciones de autobuses y los puertos y estaciones de barcos.
Sin embargo, la mayor parte de las críticas a la nueva legislación se reservó para las dificultades adicionales impuestas a la venta de cigarrillos y productos del tabaco, que se espera que entren en vigor en enero de 2025.
La venta de estos artículos estará prohibida en «la mayoría de los lugares donde está prohibido fumar». Las máquinas expendedoras, máquinas automáticas que son una de las principales formas de comprar cigarrillos en Portugal, solo estarán autorizadas a una distancia mínima de 300 metros de los establecimientos educativos.
La versión inicial del proyecto, presentado el 11 de mayo, también preveía la prohibición de la venta de cigarrillos en las tiendas de conveniencia de las gasolineras. Después de fuertes críticas de que la decisión perjudicaría a las personas que viven en lugares más remotos del territorio portugués, el gobierno dio marcha atrás y permitió el comercio de cigarrillos en estos espacios.
En la presentación pública de las medidas, tras su aprobación por el Consejo de Ministros, el ministro de Sanidad, Manuel Pizarro, defendió la necesidad de reducir la exposición de los jóvenes al humo.
“Cuando nos fijamos el objetivo de tener una generación libre de tabaco para 2040, estamos hablando de que los niños de hoy crecen en ambientes con menos humo, donde el tabaco es menos atractivo”, dijo. «Los niños que, dentro de 17 años, alcancen la mayoría de edad con menos exposición al tabaco y menos contacto con el tabaco en su vida cotidiana, más conscientes del daño y el impacto del tabaco en sí mismos y en su entorno, que podrán tomar sus propias decisiones informadas».
El texto final con los cambios aún debe ser aprobado por el Parlamento. Gracias a la mayoría absoluta del Partido Socialista, el proyecto no debería encontrar ninguna dificultad en su tramitación.
La nueva legislación fue recibida con críticas por parte de entidades vinculadas al sector de los cigarrillos. En una nota, la Federación Mayorista Portuguesa [atacadistas] de Tabaco consideró que los cambios restringen las libertades individuales y podrían incentivar el comercio ilegal.
“Actualmente el 50% de las ventas de tabaco provienen de las máquinas expendedoras, debido a la importante inversión que realizan muchas empresas distribuidoras”, afirma la federación. “La prohibición de la venta legítima de productos de tabaco en cafés, restaurantes y otros lugares similares dará lugar a la aparición de otros productos y otras formas de venta, lo que impulsará el comercio ilícito”.
Entidades que representan a restaurantes y bares también expresaron su oposición a la decisión. La secretaria general de AHRESP (Asociación Portuguesa de Hoteles, Restaurantes y Similares), Ana Jacinto, afirmó que las nuevas reglas son «desproporcionadas e incomprensibles», y destacó que el anuncio tomó por sorpresa al sector.
Los cambios también adaptan la ley portuguesa a las nuevas directrices europeas sobre el tabaco para calentar, una categoría en la que se incluyen algunos tipos de cigarrillos electrónicos y que ahora se equipara a los cigarrillos convencionales. Como resultado, los paquetes ahora están obligatoriamente equipados con imágenes y mensajes de advertencia sobre los efectos nocivos del tabaquismo, como en Brasil.
También se prohibirá la comercialización de tabaco calentado aromatizado. La modalidad, que utiliza un cigarrillo más corto y no produce humo, ha ganado popularidad en la última década y, según una advertencia de la Comisión Europea, suele servir como puerta de entrada al consumo de tabaco por parte de los más jóvenes.
En Brasil, la venta de dispositivos electrónicos para calentar tabaco está prohibida desde 2009, pero es común encontrarlos a la venta en tiendas físicas y en internet.
Lea también: Mueren trece familiares tras comida «tóxica», la mayoría eran niños