Ymma, de 34 años, estaba irreconocible después de dar a luz a su hija Ophelia.
«A la edad de 34 años, Emma fue ingresada de urgencia, puesta en coma y sometida a una cesárea para dar a luz al bebé», le dice su esposo al Daily Mail. «Los médicos informaron a la familia que si ella despertaba de nuevo, Emma nunca sería la misma».
El problema es un tumor en su columna que se ha agrandado dramáticamente durante su embarazo. «Los médicos dijeron que si no hubiera quedado embarazada, probablemente recién a los 50 años descubrirían el tumor», revela Scott. El tumor, que tenía Emma desde que nació, solo se detectó durante el embarazo debido a su rápido crecimiento provocado por las hormonas. Fue recién en octubre pasado que la mujer colapsó, cuando se descubrió la enfermedad.
«El tumor creció en siete meses lo que debería haber crecido en 20 años», dice Scott. Pese al daño irreparable que le ha causado la situación, Emma sigue convencida de que se recuperará para poder ser parte de la vida de su hija, aunque sigue paralizada del lado izquierdo.
Scott, quien ha sido padre casi a tiempo completo, está orgulloso de su esposa y dice que es curioso que fue el sueño de ser madre lo que llevó a Emma a su peor pesadilla.
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