Noicky Wake tenía apenas 49 años cuando su pareja, con quien compartió su vida durante 20 años, falleció en 2020 a causa del Covid-19. El hombre estaba en un hogar de ancianos después de sufrir lesiones cerebrales y no pudo resistir la infección.
Seis meses después de la muerte de su pareja, Wake retomó su vida amorosa con otras personas, teniendo citas, pero se encontró con un escenario similar al «Salvaje Oeste», según informó el diario británico The Mirror.
Fue entonces cuando desarrolló la aplicación ‘Chapter 2’, para que los viudos como ella pudieran encontrar nuevas parejas amorosas. Sin embargo, Wake descubrió que muchos sufrían del llamado ‘fuego del viudo’, que ella misma describe como «un deseo sexual intenso, incontrolable o que lo consume todo después de la pérdida de una pareja».
Así, decidió lanzar una nueva aplicación denominada ‘WidowsFire’, dirigida a los viudos que buscan sofocar este ‘incendio’, sin compromisos, que estará disponible el próximo mes.
«Cuando pierdes a la pareja de tu vida, compartí mi cama con mi esposo durante 20 años y, de repente, ya no está. Si tienes una vida sexual saludable, se convierte en un vacío». Uno de los objetivos de ‘WidowsFire ‘ es encontrar consuelo. Todos necesitamos y anhelamos afecto, abrazos y besos robados, y a menudo los viudos no están mentalmente preparados para una relación seria», dijo Wake.
Para ella, la idea es que la aplicación sea «un lugar divertido, coqueto y sin juicios para que viudas y viudos satisfagan sus necesidades físicas de forma segura y discreta, junto a otros como ellos, sin ataduras».
«Dos adultos que buscan alegría y consuelo, que consienten, no es algo malo. Si podemos ayudar a las personas a navegar en este mundo terrible en el que ninguno de nosotros quiere estar, eso debe ser algo positivo. Con esta aplicación, todos los que están ahí entender las reglas del juego y saber por qué estamos ahí”, concluyó.
La mujer de Manchester, Reino Unido, está familiarizada con el mundo de las aplicaciones de citas. Después de todo, así fue como conoció a su difunto esposo en 2002. Dos años después de su primer encuentro cara a cara, se casaron y, en 2007, tuvieron un hijo.
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