La sonda de la NASA puede dar pistas sobre lo que sucedió con la nave espacial que intentó aterrizar en la Luna

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sÃOO PAULO, SP (FOLHAPRESS) – Una sonda de la NASA llamada LRO (Lunar Recognition Orbiter, en traducción libre) puede ser una forma de averiguar qué pasó con el módulo japonés que probablemente se rompió en el suelo lunar. El equipo debe haber creado un nuevo cráter en la Luna, y la potencia de las cámaras del LRO puede registrar este impacto cuando pasa por el lugar del probable impacto.

El módulo que debe haber dejado marcas en el satélite natural de la Tierra es de ispace. La empresa intentó realizar un aterrizaje ligero de la sonda en la Luna el pasado martes (25). Si todo hubiera salido según lo planeado, sería la primera empresa de este tipo realizada por una entidad privada.

Pero el plan salió mal en los últimos momentos: se perdió el contacto con la sonda y, hasta el momento, no se sabe con certeza qué sucedió, pero ispace ya informó que lo más probable fue un aterrizaje forzoso del módulo.

Las dudas sobre lo que pudo haber sucedido se pueden aclarar con el uso de otra nave espacial que ya orbita la Luna, la LRO. A la sonda se acoplan cámaras que registran constantemente la superficie lunar en una resolución considerada alta para este tipo de equipos.

El objetivo de la NASA con la sonda es crear un mapa amplio de la Luna, explica Rodolfo Langhi, profesor del departamento de física y meteorología de la Facultad de Ciencias de la Unesp y coordinador del observatorio astronómico de la universidad. «Su objetivo era mapear con precisión la superficie de la Luna como si fuera, en lugar de un Google Earth, un Google Moon».

Por la calidad de las cámaras, la nave espacial sería la más adecuada en un intento de comprobar qué pasó con el Hakuto-R, el nombre de la misión japonesa. Si la nave espacial japonesa efectivamente hizo un aterrizaje forzoso, se espera que el suelo lunar presente un nuevo cráter.

«El lugar del choque producirá un pequeño cráter, probablemente una mancha», dice Álvaro Penteado Costa, profesor del Instituto de Geociencias de la Unicamp e investigador en geología planetaria y cráteres meteoríticos.

También se debe ver el material esparcido por el choque. Este punto en realidad ayuda a identificar si un cráter es reciente. “Se puede ver que es un cráter nuevo por la mancha clara de material que se esparce”, continúa Costa.

Pero si alguien espera ver los detalles más pequeños como si fuera una imagen registrada por un teléfono inteligente de última generación, la sonda de la NASA probablemente se quedará corta. Cássio Barbosa, astrofísico de la FEI, explica que no será posible ver mucho más allá de las manchas del cráter y el material expulsado.

En cuanto a Costa, se pueden señalar algunos detalles más específicos. «[Se a nave] Si se rompe, las piezas se dispersarán, no estarán juntas. Eso se mostrará».

Otra posibilidad más remota es que el aterrizaje suave de la nave espacial japonesa realmente se haya producido. O incluso puede haber tenido un impacto, pero no tan intenso como para arruinar el equipo con pedazos por todas partes.

En casos como este, la sonda de la NASA también debería ayudar. Barbosa explica que, en situaciones menos drásticas, no se verá el cráter, pero sí otros elementos. “Si fue un aterrizaje suave y perdiste el contacto, lo que probablemente no debería haber sucedido, se podrá ver una mancha oscura en contraste con el sol y las sombras”, resume.

¿CUANDO?

Está probada la eficacia de las cámaras para visualizar el posible efecto de la colisión de la nave espacial japonesa con la Luna. El instrumento incluso se ha utilizado en casos similares. Cuando una sonda india también intentó aterrizar en la superficie del satélite natural, pero tuvo un final desastroso, los expertos vieron las imágenes del cráter generadas por el impacto tiempo después.

Pero la gran pregunta es cuándo será posible ver qué pasó con la sonda japonesa. En este caso, es necesario esperar el momento en que el LRO pasará por el lugar de aterrizaje, el cráter Atlas, que era donde debería haberse posado la nave espacial ispace, y esperar la publicación de las nuevas imágenes.

El plazo para la nueva travesía puede demorar días o incluso semanas, ya que la NASA no cambia la ruta de los equipos. Para Costa, incluso puede ocurrir un contacto entre ispace y la agencia estadounidense para al menos publicar las imágenes más rápidamente; normalmente, los nuevos registros no están disponibles al mismo tiempo que se hacen.

Incluso con el período de recuperación, no hay necesidad de preocuparse por perder ningún detalle de la descarga debido al paso del tiempo.

“Como no hay lluvia, viento, agua, vegetación en la Luna, no hay nada que modifique su paisaje, no se deteriorará como fue el impacto de esta sonda”, dice Langhi.

Explica que aún hoy es posible ver algunos detalles de las misiones Apolo. La estela del jeep que usaron los astronautas en el primer viaje del hombre a la Luna, por ejemplo, aún es visible en las imágenes de la región que transitaron. Si aún hoy siguen ahí los restos de aquel pasaje ocurrido hace décadas, las huellas de la sonda japonesa en el suelo lunar deben permanecer, por así decirlo, para siempre.

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