La derecha española saca más votos pero no tiene mayoría, y las elecciones terminan indefinidamente

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METROADRI, ESPAÑA (FOLHAPRESS) – El resultado de las elecciones generales en España este domingo (23) apunta a un futuro incierto, en un probable escenario de ingobernabilidad que, según los analistas, puede exigir un nuevo escrutinio.

En números, ganó el conservador PP (Partido Popular), con el 33% de los votos. Pero en la práctica perdió la oportunidad de asegurar una mayoría en las urnas para liderar el gobierno. Su líder, Alberto Feijóo, creía que esto sucedería aunque fuera a costa de la ayuda de la ultraderechista Vox. Pero incluso juntos no obtuvieron la cantidad mínima de asientos requeridos.

En el sistema parlamentario español, la gente no vota por candidatos, sino por partidos. Estos, a su vez, señalan los diputados por los 350 escaños que componen el Legislativo. El partido o coalición que obtenga la mayoría de escaños -o 176 de ellos- podrá elegir al próximo primer ministro.

Al final, el PP obtuvo sólo 136 del total de 350 escaños del Parlamento. Sumando los 33 de Vox, estaba a 7 de formar mayoría.

Aun así, Feijóo no se dio por vencido. El último de los mandatarios en hablar tras el anuncio de los resultados de las urnas, cerca de la medianoche, declaró estar orgulloso del resultado de la sigla. «El PP volvió a ganar las elecciones generales», dijo. «Soy el encargado de iniciar el diálogo para formar Gobierno de acuerdo con la voluntad de la mayoría de los españoles, expresada en las urnas este domingo», ha dicho, dejando claro que no pretende dejar el Gobierno en manos de Sánchez.

El PSOE de la oposición, que venía desprestigiado por las encuestas (que pronosticaban que obtendría el 28% de los votos, frente al 34% de la oposición), estaba muy cerca del PP, con un 32%. Su unión con la coalición Sumar, que agrupa a seis partidos nacionales y 14 regionales, significó que la izquierda terminara la carrera con 153 diputados en la casa legislativa.

Otros 19 diputados de los partidos enanos declararon su apoyo al PSOE y Sumar, por lo que sólo necesitan 4 escaños para poder formar gobierno, menos que el PP, por tanto. Aunque es difícil que haya espacio para más apoyos, lo cierto es que el Gobierno de Sánchez, considerado por muchos superado, puede haberse ganado una vida futura.

«Obtuvimos más votos, más escaños y más porcentajes que hace cuatro años», dijo el actual primer ministro. «El bloque de contragolpe, que quería revocar los avances de los últimos cuatro años, ha fracasado». Frente a él, la multitud gritaba «no pasarán». Se referían precisamente a Vox, un partido de ultraderecha conocido por sus posiciones contra la inmigración y los derechos LGBTQIA+.

En 2019, Sánchez tampoco había conseguido la mayoría absoluta, ni siquiera con la coalición con Unidas/Podemos. Necesitaba precisamente de estos enanos para gobernar, lo que acabó por darle una base frágil y convertirlo en blanco de críticas por aliarse con los independentistas vasco y catalán.

La situación en el Congreso es, sin embargo, bastante diferente a la de 2019. El PP pasó de 89 a 139 diputados, siendo ahora el que tiene el mayor número absoluto de escaños en la Cámara. El PSOE pasó de 120 a 122. La coalición de izquierdas, que contaba con 35 escaños, se quedó con 31.

El mayor descenso se produjo, sin embargo, con Vox, que pasó de 52 a 33 diputados -los analistas señalan que parte de este descenso puede estar relacionado con una oleada de votantes que apuestan por el «voto útil» frente a la ultraderecha-.

En todo el cómputo, PSOE y Sumar tuvieron más votos que PP y Vox. Con la ayuda de los enanos, el bloque de izquierda llegó incluso a tener mayoría en la mitad del recuento, pero las fuerzas se alternaron a medida que avanzaba el reloj, y el PP se hizo con el mayor número de escaños.

A pesar de este crecimiento y de las declaraciones de Feijóo, los analistas aseguran que las posibilidades de que realmente pueda formar gobierno son pocas.

Una de sus opciones de asociación sería, por ejemplo, el partido Junts (Juntos por Cataluña), que es de derecha y ganó exactamente 7 escaños este domingo. Pero el catedrático de teoría social y política Jesús Gamero Rus, de la Universidad Carlos III, dice que un pacto con ellos es «imposible». «Juntos solo quieren una cosa: la independencia de Cataluña. No colaborarán con nadie», dijo Rus.

La elección también marcó la primera vez en la historia reciente de España que la población votó durante el verano. Esto sucedió porque, después de que el PSOE perdiera las elecciones autonómicas en mayo frente al PP, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, adelantó casi cuatro meses las elecciones generales originalmente previstas para el 10 de noviembre. La idea del PSOE era contener un mayor desgaste ante el crecimiento de la derecha y reducir la posibilidad de que el PP siguiera creciendo.

La participación, incluso con temperaturas superiores a los 30º C, alcanzó el 70%, de un universo de más de 37 millones de españoles en condiciones de votar, por encima del 66% de las elecciones de 2019. Casi el 7% de los electores votó anticipadamente por correo.

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