sÃOO PAULO, SP (FOLHAPRESS) – Johannesburgo, la mayor ciudad de Sudáfrica, registró este lunes (10) nevadas por primera vez en más de una década. El fenómeno, que no sucedía desde 2012, provocó euforia.
Videos publicados en redes sociales muestran paisajes blancos en la ciudad de más de 6 millones de habitantes. En el suburbio de Brackenhurst, al sur de Johannesburgo y donde el fenómeno fue más intenso, los niños salieron a las calles a hacer muñecos y bolas de nieve.
El servicio meteorológico sudafricano emitió alertas por el frente frío que azotó la provincia de Gauteng, donde se encuentran Johannesburgo y la capital Pretoria. El frío continuó este martes (11), con una temperatura mínima de 1ºC.
Las bajas temperaturas deberían extenderse hasta el final de la semana, aunque no se pronostica más nieve, según los meteorólogos. Además de Gauteng, el fenómeno del lunes se registró en las provincias de Mpumalanga, Eastern Cape y Free State, lo cual es raro.
«Once años después, es emocionante que tengamos nieve», dijo a Reuters Jennifer Banda, quien estaba tomando fotografías en la plaza Nelson Mandela en Johannesburgo. El repartidor Chenjerai Murape se quejó del fenómeno. «Estoy tratando de calentar el motor para que arranque. De lo contrario, voy a patear la bicicleta todo el día».
El Servicio Meteorológico de Sudáfrica ha advertido de que las bajas temperaturas suponen un riesgo para las personas sin hogar -hasta este martes no se había anunciado ningún fallecimiento a causa del frío-.
Los científicos afirman que el aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos en varias regiones del mundo está relacionado con la crisis climática, provocada por la actividad humana. En Nepal, la temporada de escalada del Monte Everest es considerada una de las más mortíferas de la historia debido al frío extremo, que alcanzó los -40ºC.
En Europa, una encuesta publicada este lunes en la revista Nature Medicine estima que más de 61.000 personas murieron a causa del calor en el verano del año pasado, el más caluroso jamás registrado en la historia del continente. La cifra se acerca a la registrada en una de las peores olas de calor de la región, cuando las altas temperaturas de 2003 se cobraron la vida de 70.000 personas.
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