‘Fe’ · Noticias de TV

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Letícia Cazarré regresó a Río de Janeiro la noche del viernes (2) con su hija Maria Guilhermina, de once meses. La niña, que nació con una rara enfermedad cardíaca, recibió una especie de «ayuda divina» para hacer un buen viaje a la capital carioca. Ganó una imagen de Nossa Senhora Aparecida de manos de un sacerdote. «Fe», escribió el estilista.

La esposa de Juliano Cazarré dio detalles de todo el procedimiento en su perfil oficial de Instagram. En uno de los Stories agradeció públicamente a TV Globo por su apoyo.

Letícia Cazarré muestra un regalo que recibió de un sacerdote (Reproducción/Instagram)

“Muchas gracias doctores y queridos amigos. Guilhermina regresa a Río y vienes con nosotros en nuestros corazones”, agregó, quien incluso aprovechó para filosofar compartiendo imágenes del atardecer. “La vida es un viaje”, corrigió.

Según Letícia, el viaje fue bastante tranquilo en “un cielo de brigadier” y además contó con la bendición de un sacerdote que la aconsejó en los momentos difíciles.

“Me di cuenta de que no había llevado conmigo ninguna imagen de Nuestra Señora. Le dije esto al padre Romano, párroco de São Joaquim. [na região central de São Paulo], que fue un verdadero faro para mí. Luego me regaló una de sus Nossa Senhora Aparecida. Y con ella llegamos a la UCI de Río”, agregó.

¿Qué es la anomalía de Ebstein?

Las enfermedades cardíacas raras afectan a uno de cada diez mil bebés y pueden causar problemas como arritmias e hinchazón en las piernas.

«La anomalía de Ebstein es una malformación congénita de una de las válvulas del corazón, la tricúspide. En esta anomalía, la válvula puede funcionar mal con reflujo sanguíneo y la consiguiente dilatación del corazón a largo plazo», explica Caio Henrique, cardiólogo y arritmólogo por la brasileña Sociedad de Arritmias Cardíacas, noticiero.

La válvula tricúspide es una de las encargadas de controlar el flujo sanguíneo entre las aurículas y los ventrículos, cavidades internas del corazón. Según el profesional, en la mayoría de los casos el diagnóstico de la anomalía se realiza a través de un ecocardiograma.

«Existe un tratamiento quirúrgico para reparar la válvula defectuosa», dice Henrique. Sin embargo, debido a que esta malformación ocurre durante el desarrollo del corazón durante el embarazo, no hay forma de prevenirla.

“En algunos casos, los síntomas de la anomalía de Ebstein se desarrollan más tarde, como fatiga de esfuerzo, palpitaciones, arritmias e hinchazón en las piernas”, refuerza.

Cuestionado por el informe, el médico detalla que la cirugía para corregir la válvula es «muy delicada» y que «solo se puede realizar en hospitales de referencia con gran experiencia en cirugías de cardiopatías congénitas».

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