Paulo Gracindo (1911-1995) fue uno de los actores más destacados de su generación, con papeles destacados en telenovelas como O Bem-Amado (1973) y Roque Santeiro (1985). Sin embargo, al final de su vida, desarrolló la enfermedad de Alzheimer y ya no tenía el control total de sus facultades mentales. Tras la muerte del actor, su hijo confesó: “En cierto modo estoy feliz por su muerte, porque sé que de ahora en adelante empezaría a sufrir mucho”.
Gracindo comenzó su carrera en la década de 1930, en compañías de teatro en Río de Janeiro. Tuvo éxito con las radionovelas e incluso tuvo su propia atracción radial, el Programa Paulo Gracindo.
Su debut en la televisión ocurrió en 1963, en la telenovela A Morta Sem Espelho, en TV Rio. Llegó a Globo en 1967 y, a partir de la década de 1970, interpretó personajes notables. Dio vida, por ejemplo, al Tucão de Bandeira 2 (1971), al alcalde Odorico Paraguaçu de O Bem-Amado y al Coronel Ramiro de Gabriela (1975).
En las décadas de 1980 y 1990, la artista también participó en telenovelas como Mandala (1987), Rainha da Sucata (1990), Vamp (1991) y Mulheres de Areia (1993).
En sus últimos años de vida, sin embargo, Paulo Gracindo comenzó a tener problemas de salud. El actor murió de cáncer de próstata el 4 de septiembre de 1995, pero su hijo, Gracindo Jr., dijo que otros asuntos lo debilitaban.
“Además del problema de próstata, padecía Alzheimer y ya no reconocía a la gente. Hace año y medio, con la muerte de mi abuela, estaba muy deprimido. Pero lo que le queda de vida es el amor por su profesión. Tengo el orgullo de ser hijo de un hombre que abrazó la carrera de actor hace 62 años y que dijo: ‘Sé un camionero, pero sé un buen camionero'», dijo en una entrevista con el diario O Globo en ese momento.
Gracindo jr. agregado: «En cierto modo, estoy feliz con su muerte porque sé que de ahora en adelante comenzaría a sufrir mucho por la enfermedad. Fue un gran profesional y se va del país con una historia ganadora. Y por todo eso, merecía una muerte digna».