El estudio podría conducir al descubrimiento de signos del propio Big Bang

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sALVADOR NOGUEIRA (FOLHAPRESS) – Así como la detección de radiación de fondo en microondas (una señal proveniente de todas las direcciones que representa una especie de eco del Big Bang, el primer momento desde el surgimiento del universo, hace 13.800 millones de años, cuando la luz viajó sin obstáculos a través de él), el fondo de ondas gravitacionales ahora detectado por NanoGrav, a medida que se explora más, podría revelar mucho sobre el pasado y el presente del cosmos.

En un primer momento, puede revelar más detalles sobre esta población particular de objetos, los agujeros negros supermasivos binarios. Si en un principio todo lo que se detectó fue un fondo indistinto que posiblemente represente la acción de todos ellos en conjunto, esta información refinada ya permitirá estimar la frecuencia y variedad en que ocurren a lo largo del universo.

Más adelante, se espera que el refinamiento en las observaciones permita detectar señales específicas provenientes de algunos de estos objetos, para que puedan ser estudiados no solo a través de sus ondas gravitacionales, sino también por la radiación de luz que emiten.

Finalmente, se espera que en medio de la «sinfonía» del fondo de ondas gravitacionales, sea posible detectar señales que sean resultado del propio Big Bang, o del proceso inflacionario que debió ocurrir poco tiempo después (en el cual el universo creció rápidamente, expandiéndose más rápido que la luz), dando pistas de cómo, en detalle, habría sido el nacimiento del cosmos.

Invitado a participar en el evento, el físico Kip Thorne (ganador del Premio Nobel de Física 2017 por su trabajo con la detección pionera de ondas gravitacionales con Ligo) destacó esta posibilidad.

“Para mí, el Santo Grial de este campo, a largo plazo, es explorar el nacimiento del universo y extraer esa información que es transportada por ondas gravitacionales”, dice. «La sabiduría convencional de la física teórica dice que estas ondas gravitatorias serían demasiado débiles para que las vea el NanoGrav. Pero en mi carrera de 60 años como físico, he visto que la sabiduría convencional falla espectacularmente en varias ocasiones. Mantengo la esperanza de que algunas de las ondas, las fuerzas gravitatorias que vio NanoGrav son primordiales, o del Big Bang».

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