(FOLHAPRESS) – El presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) tiene previsto llegar a Hiroshima, Japón, la noche de este jueves (hora de Brasilia) (18), para un nuevo encuentro con los líderes mundiales.
Del viernes (19) al domingo (21), en la primera ciudad japonesa donde Estados Unidos detonó una bomba atómica en 1945, tendrá lugar la reunión del G7, el grupo de países ricos encabezado por Estados Unidos, más invitados del Global Sur, incluido Lula –en su séptima participación.
“Fortalecer los lazos con el Sur Global”, por cierto, es uno de los dos ejes definidos por Japón, como país anfitrión. El otro es “defender el orden internacional”, en un escenario donde este concepto está siendo cuestionado por la Guerra de Ucrania y por los repetidos enfrentamientos entre potencias como EE.UU. y China.
Para acercarse al Sur Global, los líderes de la «troika del G20», como el equipo formado por Brasil, futuro presidente del grupo que agrupa a países ricos y emergentes, India, presidente este año, e Indonesia, que presidió el anterior año.
Lula dudó en ir, exigiendo una mayor participación concreta de los invitados emergentes, y recién confirmó el viaje la semana pasada. Los brasileños deben pronunciar discursos sobre economía, clima y paz, los tres segmentos principales del diálogo ampliado con el Sur Global. La expectativa es que el brasileño, como viene haciendo en viajes al exterior, hable con vehemencia.
«Ciertamente, el presidente defenderá el multilateralismo», dijo al informe Celso Amorim, asesor especial de política exterior de Lula. Esta vez, el excanciller no viajó con Lula. Enviado antes a Kiev, para reunirse con el presidente Volodimir Zelenski, el diplomático de 80 años regresó enfermo a Brasil. «Tenía un problema de oído y pensé que era mejor no viajar».
Cuestionado si la atención prestada a la «troika» de Brasil, India e Indonesia tiene como objetivo alejar a los grandes países emergentes de China, Amorim dijo que esa es una posibilidad, pero agregó que sería una tarea imposible. “No tiene sentido tratar de aislarlo. Está bien que el G7 tenga su política ahí, que quiera tener propuestas y discutir. Pero claro, si quieres soluciones globales, es imposible prescindir de China. En realidad, Rusia también, pero tiene dificultades específicas en este momento».
Al igual que Lula, el presidente estadounidense, Joe Biden, también amenazó con no asistir a la cumbre, sino por razones de política interna. Está negociando con el Congreso para elevar el techo de la deuda pública del país, para evitar un incumplimiento que ocurriría en dos semanas. Los republicanos quieren recortar el gasto.
Cualquier incumplimiento tendría repercusiones económicas globales, incluida la participación del propio Japón, el mayor tenedor de títulos de deuda estadounidenses. El tema ya había centrado la atención en la anterior reunión de ministros de finanzas del G7, la semana pasada.
Biden suspendió un viaje que haría después a la reunión del Quad, otro bloque de oposición a China que viene armando, este con India, Japón y Australia, el anfitrión.
Con poco tiempo en Hiroshima, el presidente estadounidense busca una reunión durante el G7 con toda la «troika del G20», pero el gobierno indio se niega.
Lo que sí confirmó el Itamaraty fue un encuentro bilateral entre Lula y el primer ministro indio, Narendra Modi, y otro con el presidente indonesio, Joko Widodo, ambos el viernes. También hay un intento de concertar una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron. Es parte del esfuerzo por reintroducir Brasil a los principales actores mundiales, según Amorim.
Con Widodo, se debe discutir la cumbre de países con bosques tropicales, que se realizará en julio, en la República Democrática del Congo, que invitó a Brasil e Indonesia, los otros dos grandes países con bosques del género.
Consultado sobre si se está formando otro foro multilateral, Amorim comentó que “son foros de geometría variable, porque en ciertos temas tienes un factor que acerca a los países, en este caso, los bosques tropicales”.
Pero la cima de los bosques podría estar amenazada. Lula, con dolor en la cadera y en riesgo de cirugía, tendría que reducir sus viajes al exterior, según información de GloboNews. Hasta finales de año tiene prevista la participación en la cumbre del G20, en India, en el grupo Brics, en Sudáfrica, y en la inauguración anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que tradicionalmente Brasil hace el discurso de apertura. .
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