Abel Ferreira advirtió a la afición del Palmeiras. Consciente del entusiasmo de la grada con las buenas actuaciones del equipo en las últimas semanas, el técnico portugués advirtió que la gran etapa que vive el equipo no durará para siempre y proyectó «irregularidad» en el transcurso de la temporada.
“Los entrenadores siempre quieren a su equipo de punta, pero el fútbol no es eso. Es la irregularidad por varias razones, las condiciones del campo, los jugadores. Creo que hicimos un juego consistente, un equipo que siempre está buscando el gol del oponente”. , dijo el entrenador, en referencia a la derrota 4-1 de Grêmio, en la noche y el miércoles.
Abel está preocupado por las altas expectativas sobre su equipo, que viene de nueve goles en dos partidos, 10 partidos sin perder y cuatro victorias consecutivas (incluido un derbi con el Corintios), en diferentes competencias. El técnico predicó cautela para los próximos partidos.
“Una máquina para mí es trabajo. Una máquina es sinónimo de trabajo, somos una máquina de trabajo que sabe enfrentar las adversidades con mucho equilibrio. Sobre todo les pido a los jugadores que trabajen con los recursos que tienen y sean la mejor versión. Nuestra afición reconocerá el trabajo y el resultado será fruto de eso”, ponderó Abel Ferreira.
El buen momento del Palmeiras se pondrá a prueba en las próximas semanas con partidos decisivos para distintos torneos. Luego de enfrentar al Red Bull Bragantino, el sábado, por el Brasileirão, el equipo alviverde enfrentará la buena etapa de Fortaleza en el partido de ida de los octavos de final de la Copa do Brasil, el próximo miércoles.
El próximo partido será el clásico ante el Santos, en Vila Belmiro. Luego el desafío será ante Cerro Porteño, fuera de casa, por la Copa Libertadores. Segundos de su grupo, los paulistas necesitan una victoria para no meterse en aprietos en el tramo final de esta fase. Posteriormente, los rivales serán el Atlético-MG, fuera de casa, por el Brasileirão; y Fortaleza, en el partido de vuelta, por la Copa do Brasil.
«Son sólo tres puntos y en tres días tendremos otro camión de piedras para descargar aquí», admitió el técnico, al comentar la victoria sobre Grêmio.